miércoles, 23 de julio de 2008

de Finalandia a Japón Una libreta japonesa


¡¡Sí, parece que tendremos que llevar varias libretas para apuntar todas las cosas que nos hemos propuesto hacer en este viaje!! Yo estoy acabando la llibreta que compré el año pasado en Helsinki, en la tienda de objetos de importación japoneses... La verdad es que me gusta tener que empezar una libreta nueva justo cuando nos vamos de viaje... No se porqué, pero me gusta...
Es curioso pero esta libreta a la que sólo le queda una página libre (está vez la he apurado al máximo...) la compré en agosto del año pasado en una pequeña tienda de objetos de importación japoneses. Objetos de diseño y algunos tradicionales como la libreta. Por lo que me dijo el dueño de la tienda, son las libretas que usan los niños en el colegio desde hace casi un siglo y no ha cambiado nada su diseño interior ni de cubierta, son igual que han sido siempre. Ya dicen que si algo funciona, para que cambiarlo...

El dueño, un japonés joven vestido con un quimono de verano azul ultramar con motivos blancos ondulados a modo de olas marinas, nos explicó que se había mudado con su pareja a Helsinki para montar una tienda de objetos de diseño japonés. Su idea era montarla en Japón, pero pensaron que les funcionaría mejor en Helsinki por eso de tener menos competencia, en Japón está lleno de tiendas de objetos de diseño japonés y en Helsinki... no. También nos explicó que eligieron Helsinki porque siempre ha habido una especie de conexión entre Japón y Finlandia. Todo y las diferencias entre las dos culturas, los dos países tienen una preferencia por las cosas simples, minimalistas, una economía en los recursos, en la utilización de materiales naturales y un gusto por la conservación de sus tradiciones artesanales. En cierto modo puede que tengan una estructura mental similar. Los dos son parcos en palabras, sólo hay que ver las películas de Kaurismaki o leer a Murakami... Y también son muy dados a adoptar tipologías de grupo social que les son ajenas culturalmente... Seguramente estoy escribiendo esto sin ningún tipo de conocimiento, pero lo cierto es que no había vistos tantos Heavys por la calle y en los bares desde los 80 en Barcelona hasta que fuí a Helsinki, por no hablar de rockers al estilo Kaurismaki son tupé engominado y traje desvencijado que sólo se pueden ver allí (yo pensaba que los personajes de Kaurismaki eran sólo eso, personajes, pero no, Finlandia es tal y como sale en sus películas... no se inventa nada...). Y en Japón, bueno, aún no he estado, pero todo el mundo habla de las tribus urbanas japonesas... Con conexión o no, la pareja de japoneses estaba viviendo en Helsinki y se había montado una tiendecita minimalista de objetos minimalistas aunque por desgracia sólo en la forma, porque los objetos eras caros de cojones.
Pero acabé comprando la libreta, que dentro de lo que cabe y de lo que la he usado, no era tan cara además de japonesa.
Creo que me he liado un poco en la explicación, pero vuelvo atrás para no perderme... Decía que me resulta curioso que hace un año estuviéramos en Helsinki y acabara comprando una libreta japonesa a unos japoneses que llevaban viviendo sólo un año en Finlandia. Curioso cuando todavía ni se nos había pasado por la cabeza viajar un año después a Japón como siguiendo el camino inverso que habían hechos ellos dos. Y digo inverso porque, coincidencias de los vuelos indirectos, el vuelo a Japón hace escala en Helisinki, unas seis horas entre un avión y otro, según me ha dicho Raquel, como si volviéramos al punto en el que lo dejamos el año pasado y siguiéramos con el viaje. Como si la libreta japonesa fuera una suerte de salvoconducto que una vez escrito con las palabras adecuadas, nos dejara seguir el camino hacia un nuevo lugar desconocido, como si un viaje llevara a otro sin tener mucho que decir nosotros al respecto. Finlandia nos lleva a Japón... ¿Dónde nos llevará Japón?
Si, se me va un poco la bola, pero me encanta...

1 comentario:

Raquel dijo...

És veritat! no ho havia pensat d'aquesta manera. És realment fantàstic! Tornem al mateix lloc per seguir amb el nostre viatge. Però no d'una manera lineal, endavant i endarrera. Sinó com un espiral. Tornem al mateix punt uns mil.límetres desplaçats, perquè ni tu ni jo som exactament els mateixos que fa un any.