martes, 19 de agosto de 2008

Despertarse en Kyoto Ruido ensordecedor El carácter Dainomji en el monte Nyoigatake

Dia 4 / Kyoto
Hace calor. En Kyoto hace mucho calor. Me despierto sobre las seis de la mañana sudando sobre el tatami. Un ruido agudo y áspero se ha ido colando en mi sueño hasta que ha conseguido traerme de nuevo a la realidad y ahora, ese mismo ruido inunda la pequeña casa de madera, parece rodearla, surgir de la vegetación que la envuelve. Miro a Raquel que también se ha despertado y me devuelve mi expresión de asombro. No nos decimos nada, es como si cada palabra que pudiéramos decir fuera a quedar sepultada bajo este estruendo. Me levanto y me acerco a la ventana.

Cigarra en el tronco de un árbol

La noche anterior nos dejamos todas las ventanas abiertas con la esperanza de que corriera un poco el aire sin saber lo que nos esperaba por la mañana. El sonido crece y decrece acoplándose en extrañas armonías bitonales que surgen de entre los árboles. Uno: alas abiertas, culo arriba. Dos: Alas cerradas, culo abajo. Estamos rodeados de cigarras excitadas por la ola de calor húmedo que asola Kyoto después de la tormenta de anoche. El sol inunda la habitación. Cierro la ventanas. Cierro las contraventanas y las paredes correderas de papel. El ruido parece apaciguarse. Buenos días, Kyoto.

Una muestra del ruido ensordecedor, no pude evitar grabarlo...



A partir de hoy los grillos nos acompañan durante todo el viaje. Japón está invadido de cigarras. En el bosque y hasta en medio de Tokyo. Donde hay un árbol, seguramente hay una cigarra. Por suerte, hoy a sido un día excepcional, el calor sofocante las hace sonar más ruidosas que de costumbre. ¡Ya es difícil dormir con este calor como para tener este ruido minándote el sueño todos los días!

Balcón de nuestro dormitorio en el segundo piso... Si es que parece un remanso de paz...

Vista del monte Nyoigatake desde la habitación

(Dentro de unos días, el 16 se Agosto, se celebrará el Obon, un rito ancestral para honrar las almas de los antepasados en el que se iluminan con fuego el carácter Daimongi que se ve grabado en el monte Nyoigatake. Este es el Daimongi del este. En el Oeste de Kyoto se ilumina otro Daimonji y rodeando la ciudad se encienden hasta cinco carácteres diferentes para celebrar este rito. Nosotros el 16 estamos ya en Tokyo, así que no hemos podido verlo, otra excusa más para volver a Kyoto algún día...)

De nuevo en Barcelona, intentando librarme del cambio horario, me he de nuevo la serie completa de Evangelion y hemos alquilado Lost In Translation para suplir la añoranza de estar de nuevo en el mundo real de las no-vacaciones. Y para mi sorpresa, ¡Todos los planos de exterior están inundados del ruido de fondo de las cigarras! En Lost In Translation es normal, rodar en Japón debe ser un infierno si eres sonidista, no puedes librarte de ellas si no es doblando la escena completa. Pero para los japoneses debe de ser tan normal que hasta en los dibujos animados, si hay exteriores, tienen que añadirle el sonido de las cigarras si quieren ser fieles a la realidad... en Evangelion hay escenas en las que sólo se oyen las cigarras... y los destrozos de las Eva´s... [sigue]

3 comentarios:

Raquel dijo...

"nuestra casa en lo alto de una colina del norte de Kyoto"... oooh! va ser deliciós... ejem, tot i els despertars... la fressa dels grills, la calor, recordes? un parell de dies em vaig despertar tota groga i inflada: la cara, els dits... La calor? El pop viscós que m'havia menjat la nit anterior? Sembla el fetge, em deies. Però jo em trobava molt bé i amb els dies em va anar passant. Menys mal! Vam pensar que potser m'estava tornant japonesa, com si el meu cos en resposta a un estranya alerta d'amenaça d'extinció hagués començat a mutar adaptant-se al medi per tal de camuflar-se i sobreviure. Però els japonesos són molt prims! El meu cos inflat ens feia dubtar de la certesa de la nostra hipòtesi. En fi, el cas és que tot i aquests despertars imprevisibles (seré la mateixa demà?) l'estada a la nostra casa japonesa de kyoto va ser una delícia: la vista de Kyoto des de l'habitació, les nits de contes de Murakami, els esmorsars i la seva preperació, hi estavem tan bé que tot i que cada dia ens despertavem dora acabavem marxant tardíssim de casa; i és que era algo a saborejar, a disfrutar sense presses, qui sap si tornarem mai més a tenir una caseta a Kyoto???... el nostres deliciosos despertars a Kyoto...

Alexis dijo...

Si... va ser genial! Ahhhhh, quina nostalgia!
I quan et vas llevar groga i inflada, collons, en un primer moment, em vaig preocupar... sort que va passar durant el día i amb algunes sessións de restaurant-congelador va anar abaixant el tema! Continuo creient que va ser el pop espumejant aquell, va ser l´única cosa rara que jo no vaig menjar... La veritat es que ja ens veia a urgències, a Japó, intentant explicar per gestos que et passava a un metge amb el front apretat i mirant-nos fixament fent aquell sorollet gutural que fan els japonesos quan intenten comprendre algo. Sort que no va ser necessari, jajaja!

David Fernández dijo...

Hola Barcelonins,
anem a kioto i estarem allà el 16, llegint els vostre bloc, fent recerca, em preguntava si ens racomenarieu un bon lloc/hotel des d´on veure el Daimonji (Obon).

Moltes gràcies.