martes, 19 de agosto de 2008

Templo Ginkakuji Templo Honen-in El camino de la filosofia

Dia 4 / Kyoto (y 2)
Jean-François nos ha dejado la nevera bien llena de comida para el desayuno estilo occidental pero con productos japoneses. Naranjas peladas y sandía en trozos triangulares y un yogur espeso en botes que parecen de queso fresco para untar. Miramos un mapa que nos ha dejado también sobre una mesita en la cocina y marcamos una pequeña ruta de templos para ir por la mañana y por la tarde quizá bajaremos andando al centro. Hay tantos templos en Kyoto que es imposible verlos todos en los tres días que tenemos, así que vamos a tener que elegir. Nos dejamos aconsejar por la guía y las fotos que vemos sobre el mapa. Cerca de casa tenemos un grupo de templos en lo alto de una de las colinas en el este de Kyoto.

Calle de nuestra casa en lo alto de la colina

Bajamos las escaleras hasta la calle Kaguraoki y seguimos hasta Imadegawa. Siguiendo hacia la derecha todo recto y después de subir una pequeña calle llena de tiendas de recuerdos y comida llegamos al templo Ginkakuji.

Ginkakuji es un templo Zen construido en 1482 por Ashikaga Yoshimasa como una villa para retirarse en los últimos años de su vida. Después de su muerte, la villa fué convertida en templo zen y es una mezcla de la cultura Higashiyama, empezada por Yoshimasa y que está considerada como el inicio del estilo de vida moderno en Japón, y la cultura Zen.
Para entrar en el recinto del templo hay que cruzar unos pasillos rodeados de setos de magnolias. En el interior se encuantran dos edificaciones que están consideradas Tesoro nacional. La primera en el templo en si, que antiguamente se llamaba Kannonden y que tiene dos plantas construidas de forma diferente. La primera planta es de estilo Shoin, el estilo tradicional de las residencias japonesas, y la segunda planta es de estilo templo chino con ventanas del tipo Katuomado, con una especie de arco arabesco en lo alto, y puertas correderas chinas. Por desgracia, este templo estaba siendo resaurado y sólo pudimos verlo desde fuera. Pero a cambio, pudimos ver el Tougudo, un hall budista de estilo Shoin, y sobretodo el magnífico jardín que se elevaba sobre la colina, dejando una vista aerea de todo el templo y parte de kyoto.

Vista del templo Ginkakuji desde lo alto del jardín

Tougondo

Frente al Tougudo, unos operarios estaban construyendo unos monticulos de arena que por lo que parece son típicos de la cultura Higashiyama, pero no descubrimos muy bien si tenían algún significado más aparte del decorativo.

Operarios en el templo Ginkakuji haciendo esculturas de arena

El jardín era realmente increíble.

Vista del jardín desde el Tourondo

En el interior del jardín

Nada más salir del templo Ginkakuji me bebo in extremis un Gatorade japonés de naranja, imprescidible antes de continuar. Seguimos por un camino lateral que bordea toda la colina hacia el sur, hasta llegar el templo Honen-in.

Entrada del Templo Honen-in

Llegamos media hora antes de que cierre el templo, aquí todo cierra a las cinco más o menos, así que si se quieren ver con calma templos, museos y cosas así hay que tenerlo en cuenta y planearlo por la mañana... Entramos en el templo por una puerta lateral. Está completamente vacío. El templo está rodeado literalmente por el bosque y la humedad casi puede masticarse. El sol de media tarde se filtra entre las ramás de los árboles y todo el templo parece sumido en la penunbra. Rodeamos el templo hasta encontrar una obertura que deja el altar al descubierto. Frente a la puerta, hay una verja de metal que oculta otro altar entre los arbustos. Nos descalzamos y nos sentamos un rato en los escalones del templo. Se agradece descansar un poco del calor. Llegan dos chicas japonesas y nos saludan. Se acercan al altar de detrás de la verja y hacen unas reverencias. Se hacen una foto frente al templo con la cámara puesta sobre la verja. Cuando miran como ha salido la foto se echan a reir. Parece que acaban de descubrir a un tipo sudado haciendo el tonto detrás de ellas. No he podido evitarlo. Por suerte parece que les hace gracia y se marchan haciéndome reverencias y riendo.
Un monje cierra los porticones del templo. Salimos por la puerta principal donde nos espera otro monje que nos saluda con una reverencia y cierra la puerta justo después de que salgamos.

Templo Honen-in con turista

La verdad es que la austeridad y la tranquilidad que se respira en Honen-in lo hace más agradable para visitar que a Ginkakuji. Son completamente diferentes, Ginkakuji es mucho más impresionante y detallista, con pinturas clásicas y jardines muy cuidados. Pero Honen-in es un templo en perfecta armonía con la naturaleza que lo rodea, la madera está desgastada y los altares budistas tienen la ornamentación justa para no ser demasiado ostentosos. Hasta casi parece que los grillos se hayan tomado un descanso.
Bajamos hasta tomar El camino de la filosofía, Tetsugaku-no-michi, antiguo paseo de piedra junto a un canal bordeado de árboles donde venían los pensadores en busca de inspiración.

Casas de madera de camino al Heian Shrine (y 1)

Casas de madera de camino al Heian Shrine (y 2)

Nos perdemos por algunas callejuelas antes de llegar al Heian Shrine, un espectacular templo lacado en rojo y un precioso jardín. [sigue]

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